A cuatro meses de su asunción, La Libertad Avanza ya sufrió dos levantamientos internos, una guerra a cielo abierto entre el presidente de la Cámara de Diputados y el jefe de bloque oficialista, el desplazamiento de este jefe de bloque y, finalmente, la ruptura de la bancada oficialista. La confirmación llegó el viernes por la mañana, cuando Oscar Zago oficializó que se correría junto a otros dos diputados y conformaría un nuevo espacio con el nombre de su partido originario: el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID). En este movimiento, Zago invitó a sus compañeros libertarios que integran otras sellos partidarios a imitarlo y construir un interbloque oficialista: precisamente lo que Karina Milei, que viene trabajando en construir un armado propio de LLA, quiere evitar. Se abre así un nuevo capítulo en la espiral internista del oficialismo, que comenzó con la designación de Marcela Pagano en la comisión de Juicio Político y que, ahora, promete extenderse justo para cuando la Cámara de Diputados comience a tratar –de nuevo– el proyecto de ley ómnibus. 

Temprano a la mañana, la puerta de la oficina de Oscar Zago en el tercer piso del Palacio Legislativo amaneció con un cartel que decía «Salón Arturo Frondizi» y una fotocopia de la cara del ex presidente desarrollista pegada en el vidrio. Apenas unas horas antes, el extitular de la bancada libertaria le había mandado una nota a Martín Menem en la que le anunciaba que, junto a Cecilia Ibáñez y Eduardo Falcone, pasarían a conformar el Bloque MID. Pero eso no era todo: en la carta deslizaba algo que venía diciendo hace semanas y que ahora, tras su descabezamiento como jefe de bloque el miércoles a la noche, aprovechaba para lanzar públicamente como un desafío: «Invitamos a conformar y mantener un interbloque legislativo junto a los diputados de LLA». Y mencionaba allí, a los partidos Demócrata, Fe, Unite, Ahora Patria, Fuerza Republicana, Avanza Libertad, y el resto de los partidos que integran hoy el cosmos mileísta. 

Zago había escrito la carta hace dos días, cuando comenzó la novela que derivaría en su ruptura con el bloque oficialista. El día de la comisión de Juicio Político que Menem intentó suspender a último momento y que se llevó a cabo igual, con la designación de Marcela Pagano como presidenta de la comisión, y que terminó, a la noche, con casi toda la bancada libertaria votando para reemplazar a Zago por el cordobés Gabriel Bornoroni. El resultado había sido categórico: 36 votos a favor de Bornoroni, una abstención, cuatro ausentes. Zago, conciente de que había perdido el apoyo de su bloque, ya tenía preparada su partida. Lo llamó a Milei al día siguiente y le dijo: «Yo no quiero nada, soy soldado». «Arreglen este quilombo», le respondió, sucinto, el presidente, desde Estados Unidos.

Operativo control de daños

Si hay algo en lo que coinciden todos en LLA es que Milei no quiere saber nada con el internismo de la Cámara de Diputados. «A Milei esto le rompe las pelotas, no le importa nada. Y está enojado», sostienen voces tanto del zaguismo como de la mayoría libertaria que lideró la rebelión interna que derivó en el cambio de liderazgo. Es decir: Gabriel Bornoroni, el santafesino Nicolás Mayoraz, el correntino Lisandro Almirón y, fundamentalmente, el propio Martín Menem. Ambos sectores, sin embargo, difieren en el destinatario de esta ira.

En el flamante bloque MID analizan que Menem «se portó mal» y generó un ruido interno que al presidente no le agrada. «Explotaron todo y quedaron mal. Prepárense porque Milei cuando vuelva los va a querer matar», desliza un dirigente que responde a Zago. Sostienen que fue una disputa por el armado de las listas en las provincias que se salió de control y derivó en un conflicto de dimensiones muy públicas. Se refieren así al trabajo que Karina Milei está llevando a cabo, junto a los Menem (Martín y Lule), para convertir a LLA en un partido nacional que le permita prescindir de los sellos locales que les habilitaron construir una alianza electoral para competir en 2021 y 2023. Sellos como el MID. 

Zago se muestra confiado de que su relación con Milei no se vio afectada y, a cada gobernador, diputado o empresario que lo llama, le asegura: «Yo soy soldado de Milei. Nuestros tres votos van a estar siempre con Milei». Para probarlo, algunos de sus colaboradores señalan el silencio virtual que hubo en las horas posteriores a la decisión de Zago de romper el bloque. Acostumbrados al disciplinamiento de los trolls de Santiago Caputo cuando corren los pies del relato oficial, la ausencia de insultos y escraches fue, para este sector, como una confirmación de que tal vez no estaban tan errados. 

En el resto de la bancada libertaria que votó por el desplazamiento de Zago –es decir, la gran mayoría de los diputados libertarios–, sin embargo, acusa al exjefe de bloque de estar desinflando al oficialismo, de quitarle fuerza. Las críticas contra Zago son de larga data y no por nada ya había sufrido un intento de levantamiento hace tres semanas. A Zago le recriminan su «trato humano», sus malos modos con sus compañeros de bloque y, a su vez, su incapacidad para contener y representar a una bancada heterogénea que, en su gran mayoría, nunca antes había tenido un cargo de legislador (muchísimo menos de legislador nacional). A Zago, insisten, nadie lo había elegido.

Por fuera de la tríada opositora a Zago –Mayoraz, Bornoroni y Almirón–, la mayoría de la bancada libertaria optó por voltear a Zago luego de la desautorización pública del diputado al presidente de la Cámara de Diputados. Fue la decisión de Zago de nombrar, en contra de los deseos de Menem y Karina, a Marcela Pagano al frente de la comisión de Juicio Político lo que desató el escándalo y derivó en la ruptura del bloque. Frente a este escenario, la mayoría de los diputados insisten en que la situación se arreglará con los días, que Menem está haciendo «control de daños» y que, para cuando Milei regrese a la Argentina, el interbloque se habrá conformado y la dinámica interna se habrá acomodado. La disputa por la presidencia de la comisión de Juicio Político, sin embargo, dista de haber terminado y amenaza con estirar la guerra interna hasta la semana que viene. 

La pelea por Juicio Político

Menem es tajante: como él canceló la comisión de Juicio Político minutos antes de que comenzara, la elección de Pagano como presidenta de la comisión es inválida. «La comisión no se llevó a cabo y, en consecuencia, no se encuentra constituida», repitió ya en varias ocasiones, alegando que no había un acta constitutiva válida y que, por lo tanto, se tenía que realizar otra reunión la semana que viene para arribar a una autoridad «de consenso». Así lo explicó en LN+, en donde alegó que la razón por la cual no respaldaba la designación de Pagano era porque «no tenía el consenso de nuestro bloque».

Pagano, que venía manteniendo un bajo perfil desde el escándalo, salió a responderle a Menem a través de sus redes sociales. «Jamás en ninguna reunión de bloque se votó la conformación de una comisión, ni quienes iban a ser sus miembros ni autoridades de las mismas», tuiteó y, arrobándolo a Menem, le reprochó: «Vinimos a plantear nuevas formas de hacer política». La experiodista devenida en diputada libertaria está furiosa por la «desprolijidad» con la que se encaró el tema y sostiene, como Zago, la legitimidad del acta que, con las firmas de la oposición, la designó como presidenta de la comisión. De momento, no tomó ninguna decisión respecto a su futuro: está enojada con Menem, pero aún no definió romper con el bloque como hizo Zago. Esperará a que Milei regrese de viaje y ahí lo charlará directamente con él. 

Es decir que, la semana que viene, La Libertad Avanza tendrá que ponerse a debatir la ley ómnibus con la oposición mientras sufre su propia batalla interna. El oficialismo llegará al martes, cuando arranque el debate en comisión, sin saber si se habrá convertido en un interbloque o, en cambio, habrá perdido tres diputados. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/728798-la-pelea-libertaria-en-diputados-se-profundiza-y-el-bloque-s