El Gobierno, entre Casa Rosada, el ministerio de Economía y el hospital Otamendi –donde el Presidente recibe al gabinete mientras cuida a su hijo recién nacido– prepara los detalles de la Ley que anunció el lunes por la noche el ministro de Economía, Martín Guzmán. El proyecto consistiría en gravar a los sectores de la economía que están teniendo ganancias extraordinarias por la guerra para generar un ingreso para los sectores de la economía informal que no se verán beneficiados por la apertura de las paritarias. «El ministro está trabajando en ese proyecto que pasará por el Congreso y que será similar al IFE«, aseguran desde Casa de Gobierno. Durante la tarde de ayer, según supo Página12, Fernández recibió en el Otamendi al ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, en las vísperas del discurso que la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, dará en el CCK. El contexto es complejo porque, casi en simultaneo a las palabras de la vicepresidenta, se conocerá el número de la inflación de marzo, que en Casa Rosada esperan que se acerque a los siete puntos. 

Cerca de Fernández piensan que el discurso de CFK no contendrá grandes definiciones sobre la política interna porque el motivo de su presencia allí es la inauguración de la Asamblea Parlamentaria Europea Latinoamericana. Sin embargo, desde el kirchnerismo opinan que «cuando CFK habla es porque tiene algo para decir». Sobre la interna y los posibles cambios de gabinete, en Balcarce 50 aseguran que «no nos importa. Vamos a gestionar y gobernar y al que no le gusta que se vaya«. En esa línea, indicaron que no están pensando en cambios en las cabezas de las carteras sino en «ordenar y verticalizar» los ministerios. «No puede ser que en cada área haya tres abajo del ministro que no dejen avanzar», subrayan. Aseguran que no serán desplazados de sus cargos ni el titular de Economía, Martín Guzmán, ni el del Interior, Eduardo de Pedro, pero sí aclaran que el Presidente tiene la intención de que vuelva al gabinete el extitular de Defensa, Agustín Rossi. 

Acerca de las diferencias que existen al interior de distintas áreas, como por ejemplo en el Ministerio de Economía, desde el kirchnerismo aseguran que «si vos en tu ministerio no podés construir los consensos necesarios no te podés enojar. El problema es que tiene que haber ámbitos para poder discutir y eso lo tiene que definir el Presidente. Alberto tiene que definir la metodología y hay que tener mucho cuidado porque la gente se va a cansar». En esa línea, sostienen que el mayor problema del Gobierno es la inflación y defienden la tarea realizada por el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti. Sobre la ley en la que está trabajando el ministro de Economía opinan que «cuando presenten algo vemos». Para ellos, subrayan, «el problema no son los nombres sino las políticas. De todos modos hasta ellos mismos dicen que Guzmán ya cumplió un ciclo. Hacer política y acordar con Cristina Kirchner, lejos de debilitarlo, va a fortalecer al Presidente».

Cerca del mandatario tienen en claro que el problema actual «está en los asalariados que perdieron poder adquisitivo y en el empleo no registrado». En esa línea destacan que «en un país con un siete por ciento de desocupación tenés posibilidad de debatir bien las paritarias porque nadie corre riesgo de perder su trabajo. Por eso se reabrieron y es algo en lo que están de acuerdo y trabajando gremios y empresarios. También subimos la tarjeta alimentar y las jubilaciones». Lo que falta, consideran, «es ver como resolvemos el problema del salario que perdió desde 2015. Estamos recuperando un montón y hay que seguir en ese camino». El proyecto de Guzmán, explican, serviría para mejorar la situación «de los trabajadores que no están registrados o son monotributistas».

Diferentes referentes del albertismo salieron ayer a respaldar al ministro de Economía que, tras haber conversado el domingo con el Presidente en la Quinta de Olivos tal como contó este diario, aseguró que «la definición de Alberto Fernández es que hay un programa económico y que gestionaremos con la gente que esté alineada con ese rumbo”. El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, por ejemplo, expresó en diálogo con Futurock que “se gobierna con los que están dispuestos a acompañar. La última palabra es del Presidente y los que no están de acuerdo, como mínimo, no deberían estorbar”. 

La secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, sumó en declaraciones radiales con el Destape que «la unidad es fundamental para poder tener fuerza política y enfrentar los desafíos pendientes». «No hemos tenido la inteligencia para tener instancias de procesamiento de las diferencias y hay que hacerlas. No hay ruptura, sería muy grave que la hubiera y no lastimaría a los sectores internos, sino a 44 millones de argentinos”, agregó. 

Desde el kirchnerismo, en tanto, insisten con que los debates internos y políticos deben darse «puertas adentro y no en los medios», y que el encargado de convocar mesas de debate debe ser el Presidente. «Las cosas se discuten en otros ámbitos. Si todo se filtra es un problema. Si lo que dicen es una posición política se tiene que definir en otro espacio». Por otra parte, añaden que lo de los cambios de gabinete «son todos rumores. Guzmán ayer dobló la apuesta, pero eso no significa que vayan a romper. Nadie va a romper nada«.

Cerca de Fernández responden que el Presidente no va a convocar a esas reuniones o mesas de debate y que «los que se quieren ir se pueden ir. Vamos a hacer lo que dijo Guzmán, que lo conversó el domingo con el Presidente: trabajar y avanzar. El que no se siente incluido tiene que saber que nadie lo retiene». 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/414942-las-cartas-del-gobierno-para-recuperar-la-agenda