Javier Milei los llama «coimeros», los ignora durante la asunción presidencial, les bloquea los pocos vasos comunicantes que tienen y, sin embargo, ellos insisten. La oposición amigable de La Libertad Avanza – cuya frase de cabecera es «ayudanos a ayudarte» – le presenta, una y otra vez, alternativas al presidente. Aún contra su voluntad. Y ahora, a muy pocos días de que comience el debate de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados, tomaron la posta para «limpiar» el proyecto de impurezas. Radicales y lilitos, halcones y palomas PRO, peronismos no k y gobernadores: todos están trabajando en un «semáforo» para la letra chica del proyecto con el objetivo de negociar con Milei y forzarlo a establecer prioridades. En «rojo» están los puntos que no pasan, como las facultades delegadas o la reforma electoral. En «amarillo» los temas que podrían modificarse o negociarse, como las retenciones. Y en «verde» los que se aprobarían con las dos manos. 

Mientras que Javier Milei juega al juego de la gallina y envía a sus laderos a decir que no cambiará «ni una coma» del proyecto, la oposición (no k) se encarga de hacer el trabajo sucio por él. «Alguien tiene que ordenar el debate», masculla un dirigente de la Coalición Cívica. La queja se repite en las filas opositoras: el Ejecutivo envió un mega proyecto refundacional de más de 600 artículos y pretende que, en menos de un mes, las dos cámaras del Congreso lo conviertan en ley. Un proyecto que, además de proponer una reforma integral sobre el sistema penal, de Salud, de jubilaciones, educativo, laboral, impositivo, productivo y cultural, tiene grandes errores y desprolijidades de forma. Hay, por ejemplo, referencias a leyes y decretos que no existen, como en el blanqueo de capitales del art 131 o la modificación del Código Civil del art 383. «Así como está no se puede aprobar», insisten hasta en el PRO y advierten: «El gobierno tiene que dejarse de joder y establecer prioridades». 

Rojo, amarillo y verde

El martes que viene comenzará formalmente el debate de la «Ley de Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos» en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados. Y, para entonces, las y los diputados de la oposición amigable quieren tener preparados sus principales objeciones y puntos de acuerdo. Todo, claro, bajo la premisa de la defensa de la gobernabilidad del presidente recién electo. El PRO, Hacemos Coalición Federal (HCF) y la UCR estuvieron trabajando, en los últimos días, en un «semáforo» con el objetivo de sentar las bases de la negociación. Hasta en el PRO amagan con el discurso de no dar «un cheque en blanco» al oficialismo, por más que el bullrichismo ya está comprometido a votarle todo a Milei.

Cada bloque y partido tiene sus propias objeciones, pero lentamente comienzan a arribar a las mismas conclusiones: son estos diputados los que podrían definir la forma final real que tendrá la Ley Ómnibus cuando llegue al recinto. Y no solo definirla, sino  también aprobarla. Ya que entre los 39 diputados de LLA, los 40 del PRO, los 23 de Hacemos Coalición Federal y los 34 del radicalismo, Milei tendría los votos de sobra para aprobar la ley.

En «rojo» están las facultades extraordinarias y la suspensión de la movilidad jubilatoria. En eso coinciden todos, aunque con matices. El PRO, por ejemplo, propone aprobarle las facultades delegadas que le permitirían al presidente prescindir del Congreso por solo un año, con la posibilidad de renovarlas por otro más. Hoy el proyecto sostiene que sean por dos y después por otras dos más (es decir, facultades extraordinarias durante todo el mandato de Milei). Algo similar plantean en HCF, presidida por Miguel Ángel Pichetto e integrado por la Coalición Cívica, los schiarettistas y los socialistas santafesinos. «No se le va a dar más que lo que se le dio a otros presidentes. Y una moratoria, una delegación de facultades por un año y un vaso de agua no se le niegan a ningún presidente en su primer año», ironizó un cordobés.

Otros dos temas que también están en rojo son la reforma electoral y la reforma del Régimen Federal de Pesca. En el primer caso, hay algunos – como el PRO – que están de acuerdo en eliminar las PASO y otros que no, como la UCR (especialmente la línea interna que responde a Martín Lousteau). Pero en lo que todos coinciden es en borrar el capítulo que propone elegir a los diputados nacionales por un modelo de circunscripciones uninominales. «Eso no te lo vota nadie. Es una locura», reconocieron en el PRO y la UCR, en donde tuvieron fuertes discusiones internas por el tema (que perjudicaría gravemente a los partidos más chicos así como a las mujeres, ya que eliminaría la ley de cupo). La reforma del Régimen Federal de Pesca, mientras tanto, quedó en stand by por el propio gobierno luego de las quejas de los gobernadores patagónicos. 

También hay varias voces dentro del radicalismo y HCF que cuestionan con dureza que, en el artículo que aumenta las penas para las personas que protestan, se entienda por  «manifestación» a cualquier reunión de tres o más personas en el espacio público. No así en el PRO, donde reconocen que ese artículo es de la autoría de Patricia Bullrich.

En «amarillo» están los artículos de la ley que los bloques opositores todavía están analizando o consideran que se debe introducir grandes modificaciones. Una es el caso de las privatizaciones. El bloque de Pichetto y la UCR sostienen que no están de acuerdo con la aprobación de la privatización, en paquete, de las 41 empresas públicas, sino que tiene que discutirse cada empresa por separado (algunos diputados, por ejemplo, coinciden en privatizar Aerolíneas Argentinas, pero no así YPF). 

El caso de aumento de retenciones, mientras tanto, genera dudas. Algunos, como los cordobeses y lilitos, se oponen tajantemente, mientras que los radicales y los del PRO afirman que lo están «analizando». 

En «verde», mientras tanto, están todas esas iniciativas de «desregulación económica» que la oposición ex cambiemita gusta de repetir que «eran necesarias». 

Teléfono descompuesto

Presentado este semáforo, la duda es si Milei aceptará introducir cambios o no. La mayoría en la oposición – y en este caso se incluye también al peronismo – considera que Milei, cuando llegue el momento, priorizará el pragmatismo y se sentará negociar. Pero no todos: «Nos insulta cada vez que puede y no tenemos interlocutor. Creo que Milei la quiere chocar», se sinceró un diputado de la «oposición responsable».

En efecto, la red de interlocutores políticos del presidente es corta e insuficiente. Originalmente, Milei había designado a Martín Menem, Victoria Villarruel, Guillermo Francos y al secretario de Relaciones Institucionales (y ex diputado mendocino del PRO), Omar de Marchi, para negociar con gobernadores, dirigentes nacionales y legisladores. Pero en la oposición denuncian que las conversaciones son escasas e inconducentes y que, cuando finalmente logran sacarle una promesa a alguno (como Francos), rápidamente otro funcionario de Casa Rosada lo desmiente. «No tenemos con quién hablar», se quejan, sistemáticamente, en el PRO y la UCR.

En la Cámara de Diputados, mientras tanto, la interlocución es, fundamentalmente, o con Francos o con «Lule» Menem, el primo y operador de Martín Menem. Al presidente de la Cámara lo llaman «este chico» – a sus espaldas, claro – y se quejan de que no logra terminar de ordenar el debate. Algunos hablan con el presidente del bloque libertario, Oscar Zago, pero la mayoría coincide en que los legisladores oficialistas están más perdidos que ellos. «La mayoría ni leyó el proyecto», se indignó una diputada del PRO. Y es en este contexto que vuelve a resurgir el ruego base de la oposición amigable: «Nosotros estamos intentado ayudarlo con estas modificaciones porque esto en la Justicia no pasa. Pero tanto va el cántaro a la fuente que la rompe», refunfuñó, harto, un halcón PRO. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/701744-ley-omnibus-que-articulos-entrarian-y-cuales-quedarian-afuer