En el nuevo gabinete que entrará en funciones tras la asunción de Javier Milei casi no quedan ministros y secretarías por definir. La única incógnita que queda por develar es si Karina Milei ocupará la secretaría general de la Presidencia.
Nicolás Posse, jefe de Gabinete
Es amigo íntimo y hombre de máxima confianza del Presidente. De ahí que Javier Milei le haya encargado la coordinación ministerial, a pesar de no tener trayectoria política ni experiencia en la gestión pública. Su historial laboral se circunscribe exclusivamente al ámbito privado, en donde se destacan sus cargos directivos en la Corporación América. Fue en el holding de Eduardo Eurnekián, en 2007, donde se conocieron y forjaron el vínculo que mantienen hasta el día de hoy.
De profesión ingeniero industrial, Posse es egresado del ITBA y tiene estudios en la Universidad de Cambridge. Trabajó en Molinos Río de la Plata, en Telecom y fue CEO regional de Red Bull.
El futuro jefe de Ministros ocupó un rol central durante la campaña electoral de La Libertad Avanza. No solo como coordinador de los equipos técnicos sino como armador político y pieza clave del financiamiento partidario. Durante la transición, fue el único integrante de la mesa chica que acompañó a Milei al encuentro con Alberto Fernández en la quinta de Olivos. “Es una persona de una inteligencia extraordinaria, hiper honesta, con una capacidad de trabajo furiosa y, sobre todas las cosas, muy ordenada», destacó el mandatario electo sobre su figura.
Karina Milei, secretaria general de la presidencia
Es el único puesto que aún no está confirmado. «El jefe», como le dice Javier Milei a su hermana menor, es la armadora de La Libertad Avanza en las sombras y una pieza clave del próximo gobierno. Es la persona que mejor conoce al libertario, su principal consejera y red de contención emocional. Karina es también el muro que hay que atravesar para acceder a la intimidad del Presidente. Durante una entrevista televisiva, Milei –casi al borde de las lágrimas– la comparó con Moises. Explicó que ella no es buena comunicando y que por esa razón Dios le encomendó a él «divulgar» sus ideas. “Sin ella, nada de todo esto habría sido posible”, repite.
Por su bajo perfil, poco se conoce de la vida personal de la hermana presidencial. Hasta el momento, se sabe que estudió cinco años alta repostería y que llegó a tener un comercio de tortas; que años más tarde realizó las carreras de Marketing y Comunicación en la Universidad de Belgrano y de Relaciones Públicas en la Universidad Argentina de la Empresa; y que estuvo a cargo de un taller de reparación de neumáticos.
Su designación es aún una incógnita. Para poder convertirse en secretaria General de la Presidencia, Milei deberá anular un decreto firmado por Mauricio Macri en 2018, que prohíbe que asuman personas que tengan vínculo de parentesco de hasta segundo grado con altos funcionarios.
Javier Herrar Bravo, secretario de Legal y Técnica.
Un exfuncionario de Mauricio Macri tendrá la responsabilidad de proteger la firma de Javier Milei. Se trata de un profesor universitario que se desempeñó en esa misma área como segundo de Pablo Clusellas, durante los cuatro años de gobierno de Cambiemos.
Especialista en Derecho Público, Herrera Bravo tuvo su primera experiencia de militancia política en el Partido Justicialista porteño para terminar recalando, muchos años después, en el PRO. Muy activo en redes sociales, el abogado respaldó con fervor la candidatura presidencial de Patricia Bullrich y, tras la derrota electoral, celebró el pacto de Acassuso. «El país está atravesando una gravísima crisis, y el resultado electoral no ha dejado más que 2 opciones. Muchas cosas me separan de Milei, pero de Massa me separa todo. Acompaño una vez más a Macri y Bullrich en el camino que proponen en esta encrucijada», expresó en aquel momento.
La dependencia que ocupará Herrera Bravo es clave porque presta asesoramiento legal y técnico sobre mensajes, leyes, decretos y decisiones administrativas. Es el paraguas que tiene el Presidente para protegerse de eventuales denuncias o planteos judiciales que busquen bloquear las medidas de gobierno.
Luis Caputo, ministro de Economía
Cuando a Javier Milei le espetan su nula trayectoria en la administración pública, cita el caso de Lionel Scaloni, que salió campeón del mundo en su primera experiencia como DT. En el relato que repite el presidente electo está también la fantasía de haber incorporado al equipo económico al «Messi de las finanzas». Toto Caputo, exministro de Mauricio Macri, encabezó las reuniones que La Libertad Avanza tuvo en Estados Unidos con la Secretaría del Tesoro y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Luego de los encuentros, fue el propio Milei quien anunció con algarabía el «éxito de los encuentros» y su desembarco en el Gabinete. En las negociaciones con el libertario, Caputo obtuvo la botonera del Banco Central, que quedó en manos de su socio, Santiago Bausili.
Entre los antecedentes más destacados del exfuncionario macrista figuran haber aceptado todas las condiciones impuestas por el juez Thomas Griesa en la negociación con los fondos buitre, ser el creador del «bono a 100 años» y haber participado del endeudamiento con el FMI. Según Milei, su ministro de Economía «se fumó más de 15 mil millones de dólares» durante la presidencia de Macri. El primo del empresario «Nicky» Caputo también en su prontuario haber aparecido en los Paradise Papers como accionista de una compañía en las Islas Caimán y ser el hermano de Rossana Pía Caputo, sospechada de financiar con 13 millones de pesos a la agrupación Revolución Federal.
Guillermo Francos, ministro del Interior
Es el «ministro político» del Gabinete. A diferencia de sus pares, es el único que acumula una extensa carrera política, experiencia en el sector público y la construcción a lo largo de los años de sólidos puentes con dirigentes del peronismo.
Inició su recorrido en los gobiernos Roberto Marcelo Levingston y Alejandro Agustin Lanusse, entre 1970 y 1973, tras desempeñarse como Secretario Privado del Ministerio de Justicia. En los años 90 estuvo cerca de Carlos Menem y fundó junto a Domingo Cavallo el partido Acción por la República. A finales del 2000, decepcionado con la política y el derrumbe de la Alianza, se refugió en la gestión privada dentro del Grupo Eurnekian. Desde 2007 a 2011 fue presidente del Banco Provincia de Buenos Aires durante el gobierno de su amigo Daniel Scioli. En la presidencia de Alberto Fernández fue designado representante argentino en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En las semanas previas a la asunción, tuvo un rol protagónico. Realizó un raid mediático para explicar los lineamientos de la futura gestión (hizo enojar a Caputo por anticipar un dólar oficial a 650 pesos), se reunió con los gobernadores que están en alerta por los recortes que realizará la Nación y le marcó la cancha a Mauricio Macri por las presión que ejerció en el armado del gabinete. «No compró acciones en el gobierno», sentenció.
Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano
«Yo voy a ser una coordinadora. Busco los problemas, los traigo y los reparto». Con esas palabras resume Pettovello cuál será su función al frente de un superministerio como el de Capital Humano. La licenciada en Ciencias de la Familia por la Universidad Austral, reconoce que no tiene la «expertise» necesaria para comandar una megaestructura que incluye las secretarías de Trabajo, Educación y Acción Social.
En su perfil se destaca su militancia en la Ucedé y en el PRO. También su formación como periodista en la Universidad de Belgrano y sus tareas como columnista en Radio El Mundo y productora periodística de La Cornisa, el programa de Luis Majul. Además, ostenta estudios de Counseling Psychology en la Escuela Superior de Psicología Social. Y, como informó Página/12, se especializa en mindfulness, crisis vitales y duelos, vínculos y pareja, reiki y neuroeducación.
Respecto a los planes sociales, Pettovello adelantó que “no se pueden tocar por un largo rato», pero indicó –en referencia a las organizaciones sociales– que su idea es «eliminar a los intermediarios que esclavizan personas». Asimismo, defendió la implementación de un sistema de vouchers para la educación y la salud.
Diana Mondino, canciller
Para conducir las relaciones exteriores del próximo gobierno, Javier Milei eligió a una mujer que refleja en gran medida su core ideológico. Una economista que no encuentra «suficientes beneficios» en que el país se incorpore al grupo de los BRICS y que entiende que el país debe concentrar su energía para integrarse a la OCDE. Más allá de su visión de fondo, la egresada de la Universidad de Córdoba se diferenció de los exabruptos que Milei tuvo con Brasil y China durante la campaña electoral e hizo un esfuerzo denodado en las últimas semanas para enmendar los vínculos con los dos principales socios comerciales de la Argentina.
Respecto a la cuestión Malvinas, la futura canciller está alineada con la histórica postura británica. Defiende la «autodeterminación» de los kelpers bajo el argumento de que «no se puede imponer ninguna decisión a otras personas, ni a los argentinos ni a nadie».
De espíritu privatizador, Mondino además propone que la obra pública sea financiada por grandes empresas. Es ahí donde desarrolló buena parte de su carrera, integrando directorios de firmas como Pampa Energía y Loma Negra. Toda su carrera laboral se dio en el sector privado. Sus dos experiencias laborales más extensas fueron en el Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA) y la calificadora de riesgo estadounidense Standard & Poor’s.
Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia
Reconocido por su alto perfil mediático, el abogado penalista tomó notoriedad en la esfera pública en la década del 90 por ser el letrado de Guillermo Cóppola, en el famoso caso del jarrón con cocaína. También por haber defendido a Amira y Emir Yoma –cuñados del expresidente Carlos Menem–, acusados por narcotráfico y tráfico de armas. En 1997 estuvo preso 32 días por la causa AMIA y luego fue sobreseído. Más adelante en el tiempo, participó de casos como Time Warp y los Cuadernos de Centeno, y fue abogado del exgobernador José Alperovich, denunciado por abuso sexual.
Hijo del exfiscal de la Cámara de Apelaciones porteña, el futuro ministro de Justicia se graduó en la Universidad del Museo Social Argentino. Al presidente electo lo conoció, como tantos otros, en la Corporación América. En el holding de Eduardo Eurnekian, Cúneo Libarona tuvo a cargo los asuntos legales y asesoró al empresario sobre inversiones, hacía análisis de políticas y riesgos. Respecto a sus nuevas responsabilidades, aseguró que Milei le encomendó redactar un proyecto para darle autarquía financiera a la Corte Suprema de la Nación. Además, en declaraciones a la prensa, prometió una gran reforma judicial, ponerle fin «a los operadores judiciales» y «despolitizar» al Poder Judicial.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad
Para cuidar a los argentinos, el presidente electo se vio seducido por la doctrina Chocobar. Tras haberla acusado de poner bombas en jardines de infantes durante la década del 70, Milei eligió a Bullrich para ocupar ese ministerio. «Hicimos tabula rasa», dice el libertario sobre las graves denuncias que lanzó en la campaña. La excandidata a presidenta, se tragó su orgullo, aceptó la derrota y volverá a tomar las riendas de la cartera que le hizo crecer su imagen pública a fuerza de políticas represivas que derivaron en la muerte de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel.
En la zigzagueante carrera política de Bullrich, figura su militancia en Montoneros y su paso por el peronismo de Antonio Cafiero, primero, y Carlos Menem, después. Además, su recordada gestión en el Ministerio de Trabajo de la Alianza –donde le recortó un 13 por ciento a los jubilados– y la política de mano dura que llevó adelante en la cartera de Seguridad durante la presidencia de Mauricio Macri. Distanciado de su ladera, el expresidente asegura que estuvo alejado del armado del Gabinete y que los arribos de Bullrich y Caputo fueron en «términos personales». A modo de compensación por el cargo, la futura ministra le prometió al libertario dotarlo de aliados PRO en el Congreso de la Nación.
Luis Petri, ministro de Defensa
Por su vínculo con la casta familiar, Victoria Villarruel tenía todas las fichas para controlar el área de Defensa. Incluso Milei se lo había prometido durante la campaña. Sin embargo, el pacto con Bullrich derivó en la designación de Petri y la vicepresidenta quedó una vez más relegada.
El abogado mendocino es devoto de las políticas represivas y no lo oculta. En más de una oportunidad se mostró cercano a las ideas de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, tristemente célebre por las torturas a las que somete a las personas privadas de su libertad. Además, fue uno de los principales promotores de la reforma del Código Penal, de corte punitivista, que se aprobó en 2017 y, como diputado presentó un proyecto de ley para prohibir que los extranjeros accedan a la salud y la educación públicas en la Argentina, en caso de que no haya reciprocidad con su país de origen. En la misma línea, sostiene que hay que expulsar a los extranjeros que cometan delitos en nuestro país.
En referencia al rol que deben tener las Fuerzas Armadas, el dirigente de la UCR ha planteado que el Ejército podría participar junto a las fuerzas de seguridad en la lucha contra el narcotráfico.
Guillermo Ferraro, ministro de Infraestructura
Será otro de los «súper ministros». Tendrá bajo su órbita tres áreas clave: Transporte, Obras Públicas y Comunicaciones. El «modelo chileno», que admiran Milei y Posse, es el que pretende desarrollar. “El enfoque que tenemos es que el Estado tiene que reducir su participación en la economía para dar espacio al sector privado”, afirma la persona que tendrá a su cargo la obra pública del país.
En la lógica de Ferraro, es un error que el Estado haya promovido la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. «Ni yo, ni nadie que pagamos impuestos usamos ese gasoducto», manifestó hace unos días, sin tener en cuenta el ahorro de más de 4 mil millones de dólares anuales que generaría por sustitución de importaciones.
A pesar de su devoción por el mundo privado, Ferraro realizó sus estudios nada más y nada menos que en la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo cuatro títulos profesionales: es Licenciado en Administración, Contador Público, Doctor en Ciencias Económicas, y además, cuenta con un posgrado de Ingeniería en Sistemas.
Durante la campaña electoral, Milei le dio la responsabilidad de ocuparse de coordinar la fiscalización de La Libertad Avanza. «Salió impecable», remarcó orgulloso.
Mario Russo, ministro de Salud
Para la titular de Capital Humano, Sandra Pettovello, tener a su cargo el área de Salud era un exceso. Por eso, luchó hasta último momento contra el deseo de Milei y logró que continúe siendo ministerio. Al frente de esa cartera estará el médico cardiólogo Mario Russo. Egresado de la Universidad de Buenos Aires, cuenta con una importante experiencia en el área sanitaria y es reconocido por su desempeño de casi una década en el FLENI.
En la gestión pública, ocupó la función de secretario de Salud en los municipios de San Miguel –bajo la intendencia de Joaquín de la Torre– y Morón –en la gestión de Ramiro Tagliaferro–. En este último municipio, también fue secretario de Gobierno. Durante la gobernación bonaerense de María Eugenia Vidal, fue subsecretario de Coordinación de Políticas Sanitarias y de Planificación, y desde 2020 hasta mediados del año pasado fue director de Asuntos Gubernamentales en AySA, organismo conducido por Malena Galmarini.
Russo, además, impulsó el Servicio de Cardiología del Hospital Polo Sanitario, perteneciente al municipio de Malvinas Argentinas y fue director del Curso de Cardiología Clínica de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Secretarías y otros organismos
Dentro de Capital Humano estarán Desarrollo Social, Trabajo y Educación. El médico pediatra Pablo de la Torre será secretario de Desarrollo Social, tras desempeñarse como concejal y secretario de Salud y de Infancia y Familia de San Miguel, donde su hermano Joaquín fue intendente. En Trabajo estará Omar Yasín, exfuncionario del entonces ministerio conducido por Jorge Triaca en la gestión de Cambiemos, que buscará avanzar en un plan de “modernización laboral”. Mientras que el profesor de la UCA y defensor de la gestión educativa privada, Carlos Torrendell, será el secretario de Educación.
Por su parte, el ministerio de Infraestructura a cargo de Guillermo Ferraro unificará Transporte, Obras Públicas y Comunicaciones. Aunque aún no se oficializó, la secretaría de Vivienda formaría parte de la cartera y estaría conducida por Iván Kerr, el extitular de Desarrollo Urbano y Vivienda durante el macrismo. El secretario de Transporte de Córdoba, Franco Mogetta, cumplirá la misma función a nivel nacional, como parte de los nombres que Juan Schiaretti alcanzó a colocar en el nuevo gobierno. Mientras que Obras Públicas quedaría bajo responsabilidad directa de Ferraro.
Otra de las áreas de influencia del cordobesismo será la ANSES, cuyo titular viene de ocupar el ministerio de Finanzas de Córdoba: el economista Osvaldo Giordano. En tanto, al frente de la AFIP fue designada la abogada tributarista Florencia Misrahi. En la secretaría de Medios estará Belén Stettler Wiertz y el vocero presidencial será Manuel Adorni. Además, la actual secretaria de Promoción Turística del gobierno saliente, Yanina Martínez, estará al frente de Turismo, Ambiente y Deportes.
Energía y Minería quedarían finalmente en la órbita de Economía. Eduardo Rodríguez Chirillo ocupará la primera, mientras que Sergio Arbeleche, un abogado especializado que asesoró a grandes empresas como Barrick, hará lo propio en Minería. Al frente de la secretaría de Bioeconomía estará Fernando Vilella, quien adelantó que apuntará hacia la desregularización en materia de retenciones. Y el productor teatral Leonardo Cifelli será secretario de Cultura.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/693518-el-quien-es-quien-del-gabinete-de-javier-mieli