Si a un politólogo sueco que escribe su tesis de posgrado sobre la Argentina le dieran a estudiar el caso de Patricia Bullrich, se sentiría desconcertado. La dirigente insiste en atacar al candidato con el que no compite por los votos, mientras trata con guante de seda al que le está drenando su lugar en el escenario político. Bullrich, además, se quejó de que sus adversarios la ignoran deliberadamente, porque es lo que les conviene a ellos. No obstante, no se subió a la versión conspirativa de un supuesto acuerdo entre Sergio Massa y Javier Milei para dejarla afuera. Sí encontró un flanco con el que cuestionar a Milei con el acto que compartirá con el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo: “Si tu secretario de Trabajo o el que te maneje las obras sociales va ser Barrionuevo, la casta la tenés adentro”, dijo en tono maradoniano. 

La exministra de Seguridad sigue buscando un lugar desde el que plantarse en una campaña en la que, después de las PASO, pareció comenzar a correr de atrás. Algo de esa sensación se transmitió en la queja que hizo Bullrich porque la están ignorando. Para eso, habló de la «centralidad construida» de Milei. «Me parece que es una centralidad construida para intentar, de parte del Gobierno, sacar de escena a quienes somos los verdaderos opositores, que hemos construido durante muchos años una estrategia muy clara de por qué el kirchnerismo es una ideología negativa para la Argentina”, se amargó Bullrich.

No obstante, cuando le preguntan si endurecerá su discurso hacia Milei, Bullrich se saca los guantes de boxeo que usa con Massa y se pone los de seda. «Nosotros estamos convencidos de que el adversario a vencer es una
ideología que intentó cambiar a la Argentina desde las raíces, el
kirchnerismo,
que intenta con todo esto sobrevivir y mantenerse, o
inclusive hacer ‘entrismo», que es lo que vamos a ver el viernes con el acto de Milei y Barrionuevo».

Ahí Bullrich encontró un flaco para cuestionar a Milei: por sus encuentros con Barrionuevo y por el acto que le organizó. «Si vos querés terminar con la casta y metés al sindicalismo en el Ministerio de Trabajo, no va a cambiar nada, ese sí es un tema», remarcó.

E insistió con la idea de que Milei está «solo» y sin equipos, ni banca. “Cuando veo a alguien que no tiene equipo para gobernar la Argentina, no tiene la espalda para pelear contra todos los sectores que te tiran piedras, creo que es una ingenuidad», afirmó. «Es una persona que está sola, que no tiene los atributos para ser presidente, se le cae la dolarización y ¿qué tiene?», se preguntó. También lo trató de «irresponsable» por votarle a Massa el proyecto de Ganancias.

Sin pacto

Experonista ella, Bullrich sacó chapa de conocer como funciona el
peronismo y dijo que más que un acuerdo entre Milei y Massa, el
peronismo le está haciendo «entrismo».
Le salió por un momento la Bullrich setentista, a la que tiene bastante escondida. «Me parece más una ingenuidad de Milei que un pacto hecho a las sombras”, aseguró.

«No lo vemos ese pacto, más allá de que hubo algunas cosas en la provincia de Buenos Aires. Creemos que Massa lo usa a Milei como contrincante para correrme a mí del camino«, insistió Bullrich en quejarse de que sus adversarios hagan lo que les conviene a ellos y no lo que ella desearía, que es volver al centro de la escena.

A esta misma idea se sumó, en su recorrida en Córdoba, el expresidente Mauricio Macri: «No le hace bien a Milei que mucha gente piense que tiene algún tipo de
relación porque Massa
representa lo que Argentina tiene que dejar atrás:
la mentira, el engaño, el ocultamiento y la irresponsabilidad», indicó Macri, sin aclarar si piensa que ese pacto existe o no.

Macri eligió el mismo flanco que Bullrich para atacar a Milei: «Si él quiere proponerse como algo nuevo no puede hablar con Barrionuevo y fantasear un trabajo conjunto con alguien que tiene que ver con décadas de decadencia». Incluso, periodistas cercanos al universo cambiemita que trabajan en medios sobre los que Macri niega tener propiedad alguna, lo vienen corriendo a Milei con el acuerdo con Massa.

Es observable, no obstante, todavía un cuidado hacia Milei por parte de Bullrich que desataría las preguntas de un decano de una facultad de politología en Estocolmo.

Hasta ahora no se animó a cruzarlo como gritó en una recorrida en Morón, pero sin dar nombres: «Que no venga ahora el que no luchó, el que no le puso el pecho al
kirchnerismo, a decirnos que es el que más peleó contra el kirchnerismo.
¡Minga que peleó contra el kirchnerismo!«. No dijo a quién se refería.

Sin piquetes

Por un rato, el jueves por la tarde, Bullrich intentó ser la de antes. La del protocolo antipiquetes, en tiempos en que todavía no había surgido otro astro de extrema derecha a sacarla del lugar que ocupaba y dejarla sin rumbo. Así, Bullrich junto a Jorge Macri encabezó un acto en el Puente Pueyrredón, desde donde prometieron ponerle fin a los cortes de ese puente para siempre. «Conmigo esto se acaba», usó su eslógan Bullrich. “El puente Pueyrredón va a dejar de ser un lugar de piquetes para ser
lo que siempre ha sido, un lugar que une la Ciudad de Buenos Aires con
Avellaneda y la provincia”, remarcó Bullrich.

Minga de recordar que en ese lugar fue el asesinato de los piqueteros Maximialiano Kosteki y Darío Santillán, lo que adelantó el fin del gobierno de Eduardo Duhalde. Una pelirroja progre tendría una o dos cosas que decir al respecto cuando se vuelva a encontrar con ese politólogo sueco.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/590582-bullrich-vuelve-a-su-version-halcon-protocolo-antipiquete-y-