El gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) reanudaron este lunes las negociaciones de paz con «plena voluntad política y ética», luego de que el proceso fuera suspendido en 2019 por el entonces presidente Iván Duque. De parte del Ejecutivo colombiano, el equipo negociador está encabezado por Otty Patiño, un exguerrillero y escritor cercano al presidente Gustavo Petro, mientras que Israel Ramírez, alias «Pablo Beltrán», lidera la delegación del ELN en este proceso que incluye a Venezuela como país garante.
Petro impulsó desde su campaña presidencial las negociaciones de paz, no solo con el ELN, sino con otros grupos armados en busca de acuerdos similares a los que desarmaron a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016 y las convirtieron en partido. A casi dos semanas de haber alcanzado los cien días de gobierno, Petro busca dar cumplimiento a esa promesa que se inició con el envío del proyecto de Ley de Paz Total al Congreso y que el tres de noviembre fue sancionado por mayoría. El mismo día en que se reactivó el diálogo, se dieron a conocer enfrentamientos entre facciones disidentes de las FARC que dejaron como saldo 18 muertos en la región colombiana de Putumayo.
«La paz como política de Estado»
En una declaración conjunta, el gobierno colombiano y el ELN acordaron reactivar «con plena voluntad política y ética el proceso de diálogo político», entendido como un reclamo «de los territorios rurales y urbanos que padecen la violencia y la exclusión». A su vez, se comprometieron a «construir la paz a partir de una democracia con justicia, con cambios tangibles, urgentes y necesarios» que resulten de la mesa de negociación.
Todo esto, según la declaración que fue leída por una moderadora frente a periodistas en un hotel de Caracas, «dando la mayor participación posible y eficaz a la sociedad, priorizando a los sectores históricamente marginados y abandonados para un presente y futuro de dignidad, con derechos plenos y democracia auténtica».
Además, el gobierno y el ELN creen que «la construcción de la paz, como política de Estado, trasciende la temporalidad», por lo que favorecerán «compromisos permanentes y verificables que siembren certeza de una nueva cultura de paz, fundada en cambios reales, que permitan la superación de la violencia política y sus causas».
«Honrar la vida»
Desde la cima del frío cerro El Ávila, a las afueras de Caracas, el Alto Comisionado de Paz del gobierno de Colombia, Danilo Rueda, aseguró que este primer ciclo de negociaciones terminará a mediados de diciembre. «Estamos aquí honrando la vida, la vida de tantos seres que ya no están», dijo Rueda después del encuentro.
El ELN es la última guerrilla reconocida en Colombia. Fundada en 1964 por sindicalistas y estudiantes simpatizantes del «Che» Guevara y la Revolución Cubana, la organización sostuvo negociaciones frustradas con los últimos cinco presidentes de ese país. Las FARC firmaron un acuerdo de paz en 2016 y se convirtieron en un partido político.
Después de la suspensión de los diálogos, el ELN aumentó su volumen de 1.800 a 2.500 miembros, según estimaciones oficiales, con la infraestructura energética y las transnacionales en Colombia como principales «objetivos militares». Aunque Antonio García encabeza el Comando Central, la organización tiene una estructura federada con vocería propia en cada frente, lo que según expertos, dificulta las negociaciones.
Críticas a Estados Unidos
El delegado del ELN en la reunión de este lunes, Pablo Beltrán, espera que se responda al «momento de cambio que vive Colombia». La guerrilla pidió que la mesa de diálogos sea rotativa, lo que será consultado con los países garantes. Y sobre Estados Unidos, Beltrán aseguró que «a Colombia no le sirve estar en la OTAN».
«El papel de Estados Unidos ha sido nefasto para los procesos de paz. En el que se instaló en Colombia, en el 2016, hubo representación de Washington. Cuando hemos hablado con ellos esperamos que sean buenos vecinos y respeten a los colombianos», exigió el exguerrillero, quien agregó que «Estados Unidos es el principal país consumidor de la coca colombiana» y culpable de «la fracasada guerra contra las drogas».
Petro, primer presidente de izquierda de Colombia y antiguo guerrillero, reactivó contactos con el ELN tras asumir el poder el siete de agosto, con la meta de retomar las negociaciones, interrumpidas en 2019 por el gobierno de Iván Duque después de un ataque contra una escuela policial que dejó 22 muertos, además del agresor.
En la misma jornada en que se retomaron las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el ELN, se supo que el fin de semana al menos 18 personas murieron por supuestos enfrentamientos entre grupos armados disidentes de las FARC en la ciudad de Puerto Guzmán, en la región de Putumayo, sudoeste de Colombia.
«Lamentable la situación en la zona rural altera nuestra tranquilidad. En este momento hay 18 cadáveres en el cementerio (…)«, informó el alcalde de Puerto Guzmán, Edison Gerardo Mora Rojas, a la cadena Caracol. Los fallecidos serían combatientes de las FARC disidentes.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/499928-el-gobierno-de-colombia-y-el-eln-reanudaron-con-plena-volunt