“Que ahora salga este muchacho a querer victimizarse, cuando dijo que yo era una persona que le hacía el ‘juego al kirchnerismo’. Un victimario no puede salir a decir que es víctima porque yo lo agarré y le dije que nunca más me haga esto”, aseguró Patricia Bullrich redoblándole la apuesta a Felipe Miguel, el jefe de gabinete porteño al que le prometió romperle la cara. Eso sí, por relación transitiva la frase también estuvo dirigida a Horacio Rodríguez Larreta. De todas formas el jefe de Gobierno se contuvo y optó por jugar su papel de componedor aunque le recordó a Bullrich que él tiene muchos más años en el PRO que ella. Lo cierto es que las peleas se suceden cada vez seguidas y cada choque es más brutal que el anterior. Si esta última incluyó amenazas de irse a las manos, ¿qué queda para el próximo? En rigor, de fondo está la discusión presidencial y también sobre qué hacer con la sucesión en la Ciudad, donde hay cada vez más operaciones cruzadas. Mientras tanto, Mauricio Macri –lejos de poner paños fríos– dijo que «los conflictos son lógicos entre los seres humanos».

Tras la escalada de declaraciones, los colaboradores de Bullrich sostienen que ella «mandó a parar» el conflicto… al menos por ahora. La tirria entre la gente de Bullrich y el larretismo es de larga data.

El video y la jugada

Mientras cerca de Bullrich se preguntaban quién de los suyos la traicionó y filtró el video en el cual se la ve diciéndole al jefe de Gabinete porteño que la próxima vez que la critique en los medios le va a «romper la cara» («conmigo no se jode, te lo aviso», completa), y mientras ella elaboraba su justificación, el larretismo fue desplegando como un mecanismo de relojería una estrategia de victimización.

Primero, salió el aludido, Miguel, y se mostró shockeado por lo que le había dicho -pese a que ocurrió, en verdad, en la presentación del libro de Mauricio Macri- y llamó a respetar la diversidad de opiniones y nunca recurrir a la violencia. Luego, algún periodista oportuno le preguntó a Bullrich si le iba a pedir disculpas (a lo que ella dijo que no). Y por último, Larreta salió a ocupar el rol que le encanta en estas situaciones: el gran componedor.

«Juntos por el Cambio no se va a separar. Estamos trabajando juntos. -aseguró Larreta en ese plan- Es la primera vez desde la vuelta de la democracia que con el peronismo en el Gobierno, ahora llamado kirchnerismo, la oposición se ha mantenido unida, y vamos a seguir unidos, con todas las tensiones que puede haber». Luego dijo que está «harto de las peleas»: «Yo no me engancho en esa interna. Tenés una Argentina donde mataron a una persona para robarle una moto… No me voy a enganchar en discusiones internas y menos para una elección que falta un año. ¡Basta de estas cosas! Falta un año para la elección, yo no me engancho. ¡Estoy harto de las peleas!», dijo el jefe de Gobierno, intentando sintonizar con cierto hartazgo social. Dijo que el «enemigo es la inflación».

Luego de reiterar que tiene «buena relación con Bullrich», Larreta no se privó, no obstante, de algunas zancadillas: «Soy fundador del PRO de hace 20 años, cuando éramos poquitos«, le recordó a la presidenta del PRO, que se sumó muchos años más tarde al partido.

Soldaditos

En el entorno de Bullrich siempre tratan de hipócrita a los larretistas, como llegó a hacer en público ella en las últimas horas. Dicen que son «siempre muy amables en sus discursos, mientras por abajo de la mesa te están pateando». Por eso, ella le respondió a Larreta: «Que no me mande a sus soldaditos». La presidenta del PRO advirtió hace rato que tienen una división de roles: mientras Larreta tira buenas ondas, Felipe Miguel u otros adláteres son los encargados de responderle en términos más duros.

Puso como ejemplo la discusión por las vallas en la casa de la vicepresidenta, donde Bullrich lo atacó a Larreta. “No quiero más hipocresías, que me digan una cosa públicamente y que por atrás me digan otra o que usen las redes y los medios y que te tiren gente a decirte cualquier cosa”, dijo la presidenta del PRO.

Luego de arrojarle una buena cantidad de chicanas y contar algunas intimidades, no obstante, Bullrich mandó a parar la pelota, según confirmaron a este diario en su entorno. Al menos, por el momento. «Decidimos bajar la pelea. La verdad es que Felipe no lo vale», lo ningunearon cerca de Bullrich. «Además, Patricia es una abuela. ¡Imposible que le pegue a nadie! Igual, cómo se asustaron», se mofaban.

Antes de este cese del fuego amigo, Bullrich se dedicó a revelar conversaciones que tuvo con Larreta. Según ella, todo se rompió cuando le confirmó que iba a ser candidata a presidenta. «Un día lo fui a ver a Horacio y me dice: ‘¿Qué es lo que querés ser? ¿Cómo te ves? ¿Querés ser jefa de Gobierno? No sé si vas a poder, porque seguramente vas a competir con Vidal y también está Lousteau'», relató Bullrich. «Yo le dije: ‘No, Horacio. Yo siento que mi lugar en la historia argentina va a ser candidata a presidenta’. Y él me dijo: ‘No. Eso no porque estoy yo. Yo me vengo preparando para eso’. Yo le insistí con que iba a competir. Y él volvió a decirme que no podía ser. Horacio no pudo procesar eso. No lo entendió», le espetó Bullrich.

«Él pensaba que no iba a tener ninguna competencia, que el camino ya estaba liberado. Yo le dije que es un lugar que no tiene dueño, sino que hay que ganárselo. Desde entonces, nuestra relación nunca volvió a ser igual», aseguró ella, quien siempre relata chistes pesados que le hace a Larreta y lo deja como alguien sin sentido del humor. Por ejemplo, contó que cuando almorzaron con la cúpula del PRO en Happening, ella le preguntó «si había puesto el papelito pidiendo ser Presidente en el Muro de los Lamentos». «No le causó ninguna gracia», comentó.

Por otra parte, Bullrich reflotó la posibilidad de una alianza con Javier Milei, en este caso pensando en una segunda vuelta. “Si nosotros en Juntos por el Cambio tenemos 120 diputados y Milei tiene diez, ¿no nos podemos poner de acuerdo en los cambios importantes del país? Él tiene una cabeza económica muy buena”, aseguró. E incluso no lo descartó para un gabinete: «Es una persona que yo la convocaría y viceversa. Si le tocase a él, me convocaría”.

Arde la Ciudad

Por ahora de los dos bandos dicen que hay tregua, pero hay que ver cuanto dura. Sin ir muy lejos, el anterior conflicto fue hace pocos días, después de que Bullrich dijera que Larreta quería «entregar la Ciudad» al radicalismo. No pasó ni una semana hasta el siguiente choque. Se suceden a velocidad cada vez más acelerada.

De hecho, Larreta tuvo que contestar a las acusaciones de que privilegiaba su acuerdo con Martín Lousteau en pos de sus ambiciones presidenciales y no apoyaba a los candidatos del PRO. «La gente define. Yo soy del PRO, tengo mi corazón los candidatos del PRO. Tengo varios, (Soledad) Acuña, Jorge Macri, Emmanuel Ferrario, alguien joven, vicepresidente de la Legislatura porteña», enumeró. Nótese que dejó sin mencionar a su ministro de Salud, Fernán Quirós, quien todavía no se decidió a dar el salto, pero al que había lanzado Acuña cuando dijo que ella tenía intenciones de pelearle a Jorge Macri el lugar de candidato del PRO.

Por ahora, la estrategia de Larreta parece ser sumarle otros contendientes a Jorge Macri -sobre todo, después de la foto que él se sacó con Bullrich- y hacerle sentir que no tiene el lugar garantizado. También puede que se note un distanciamiento de Larreta de su ministro de Gobierno, que quizás no sea invitado a algunas actividades.

Del otro lado, advierten que los candidatos de Larreta primero deberían resolver algunos conflictos de gestión: Quirós tiene a los médicos residentes y concurrentes acampandole en Uspallata. Acuña prolonga un conflicto por las tomas de secundarios.

La interna PRO tiene, por supuesto, un adversario externo que es el fruto de todos los nerviosismo: Lousteau. En estos días, sumó el apoyo de un radical que supo estar cerca de Macri: Daniel «El Tano» Angelici. Su legislador favorito, Martín Ocampo, dijo que lo apoyarán a Lousteau y el objetivo es ganarle al PRO.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/494529-la-interna-del-pro-a-un-paso-de-batalla-campal