El diputado Gerardo Milman salió del silencio con una afirmación previsible: que la charla donde habría adelantado el ataque contra Cristina Fernández de Kirchner no está grabada, que no existió, pero anunció que se presentará este viernes ante la jueza María Eugenia Capuchetti. Los indicios que ponen en evidencia que Milman podría haber sabido de la tentativa de homicidio del 1 de septiembre con antelación son varios: un testigo lo escuchó en el restaurante Casablanca decir el 30 de agosto «cuando la maten, yo estoy camino a la costa», y efectivamente se fue a un acto en Pinamar; dos semanas antes presentó un extraño proyecto de resolución donde pedía al Poder Ejecutivo que informara sobre «medidas de preventivas» ante «indicadores de violencia que se perciben como la antesala de episodios que podrían quedar en nuestra historia» (era en pleno alegato de la fiscalía contra CFK en el juicio de Vialidad) y terminaba diciendo «no vaya a ser que algún vanguardista iluminado pretenda favorecer el clima de violencia que se está armando, con un falso ataque a la figura de Cristina, para victimizarla, sacarla de entre las cuerdas judiciales en las que se halla y no puedes salir, y recrear un nuevo 17 de octubre…»; el 31 de agosto, el día previo al atentado, presentó otro proyecto donde pedía información sobre la custodia de CFK.

El papel de Milman

«Es gravísimo que un dirigente de Juntos por el Cambio, del peso de Milman, mano derecha de Patricia Bullrich que es la candidata de (Mauricio) Macri, supiera que la iban a matar a Cristina», dijo el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro. También sostuvo que «existe una relación entre Revolución Federal y el intento de magnicidio ya que el objetivo era generar un clima -de tensión- para que el asesinato quedara enmarcado en este contexto» en alusión a la organización de ultraderecha que armó manifestaciones violentas antigobierno y cuyos miembros hablaban de matar a CFK, a Máximo Kirchner y a Alberto Fernández. Aún así, ambas investigaciones siguen tramitándose por separado. El diputado del Frente de Todos Leopoldo Moreau, quien preside la Comisión Bicameral de Inteligencia –que Milman integra–, señaló que «todo tiende a unificar las causas», en especial a partir del hallazgo de dinero de la empresa Caputo Hermanos destinado a Revolución Federal y se debería investigar como un «hecho de terrorismo». Pidió que la pista sobre Milman «sea tratada con mucho cuidado».

«Gerardo Milman sabía que querían matar a Cristina, no hay otra forma de interpretar estos antecedentes», sostuvo el diputado Rodolfo Tailhade (FDT), en alusión a los proyectos de ley que presentó e incluso sus expresiones que tuiteaba, como el mismo 1 de septiembre que escribió cerca de las 16 horas: «¿Por qué el ministerio de seguridad aumentó la custodia policial para la vicepresidente (sic)? Cristina Kirchner jamás estuvo en peligro en su pequeña república de Recoleta…» y agrega que había presentado un proyecto pidiendo «una explicación sobre esta nueva disposición de gastos arbitrarios». Tailhade advirtió: «Hay una pista concreta que debe profundizar la jueza respecto de Milman y ya en dos ocasiones la magistrada no se desempeñó como debía: sabía que Milman anunció el atentado, el 18 de agosto y presentó seis proyectos vinculados entre sí. Apenas se produjo el atentado debió haberlo convocado. Llegamos al 23 de septiembre, cuando se presentó el testigo reservado y si bien tomó medidas tardó un mes en citar a las mujeres que estaban con el diputado. Se pueden perder pruebas».

Milman y el expediente

La jueza Capuchetti investiga en un legajo específico si Milman sabía que habría un intento de asesinar a la vicepresidenta y qué papel pudo haber tenido. Esto se conoció este miércoles, cuando Página/12 y C5N revelaron que un colaborador del diputado del del Frente de Todos Marcos Cleri se presentó a dar su testimonio el 23 de septiembre último para relatar lo mismo que le había escrito a su jefe por por whatsapp tras el atentado: “Marcos, ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba (Gerardo) Milman con dos pibas y graciosamente decía cuando la maten yo estoy camino a la costa y se mataban de risa. Están las cámaras que no me dejan mentir». El nombre del colaborador se mantiene en reserva por pedido judicial. La jueza no le pidió ni ver el whatsapp, pero el testigo posiblemente lo entregue al juzgado ahora que declararon este miércoles las dos mujeres en cuestión y se constató su presencia con Milman el día señalado. Al dar testimonio bajo juramento primero intentaron negar haber estado allí, en especial una de ellas, pero no les quedó otra que reconocerla ya que les mostraron fotos y cámaras que había pedido la magistrada y que la constataban.

Ivana Bohdziewicz, secretaria de Milman, reconoció que había estado en Casablanca pero aclaró que pasó unos diez minutos y era porque tenía que arreglar con Milman el viaje a Pinamar, que el propio diputado tuitearía. La otra mujer, Carolina Gómez Mónaco, que fue directora de la Escuela de Inteligencia del Ministerio de Seguridad al mando de Patricia Bullrich –cartera que también integró el hoy diputado– en un comienzo desconoció haber estado en el restaurante y luego lo admitió. Le mostraron que llegó con Milman a Casablanca a las 15.23 en un auto que los dejó a pocos metros. A las 16.38 cruzaron los tres a la Cámara de Diputados. Cuando la fiscalía le preguntó por la frase que señaló el testigo asesor de Cleri ella dio una respuesta sinuosa: «Nunca escuché a Milman decir esa palabra». Gómez Mónaco, abogada, había sido Miss Argentina y fue cuestionada por su falta de antecedentes al llegar a la escuela de la Dirección de Inteligencia de Seguridad, un organismo que integra el sistema de inteligencia nacional y que tenía fondos reservados, que al parecer manejaba la hermana de Mónaco. En la escuela en cuestión se forman los espías que deben investigar organizaciones criminales. Ella formó a los de la gestión macrista.

La querella de la vicepresidenta pidió secuestrar para su análisis los celulares de ambas mujeres. La jueza Capuchetti dio vueltas y finalmente rechazó ese pedido con el argumento de que no se pueden violar las comunicaciones y la protección de terceros. No tuvo la misma posición con los celulares del grupo de los «copitos» cuando se presentaron como testigos. El pedido sobre los celulares quedó anotado en el acta. La posibilidad de pérdida de pruebas es bastante obvia.

Milman, vicepresidente del bloque del PRO en Diputados, dijo este jueves que se va a presentar en el juzgado «para desarmar» lo que considera una «operación berreta». «Hay una persona que dice que escuchó algo de mí y se presenta en la justicia, la prueba es que estábamos en el mismo bar. Estoy a disposición de la justicia y me voy a presentar…», sostuvo en Perfil Radio. «Que la justicia determine todo lo que quiera», enfatizó. Reconoció la reunión y el viaje pero negó haber hablado de algo vinculado con un ataque a CFK. «No hubo ninguna discusión respecto a ningún atentado de Cristina, es cierto que al día siguiente me fui a Pinamar a hacer campaña (…) me voy a presentar y voy a decir que esto es un disparate». Los diputados de su bloque lo respaldaron en un comunicado en el que rechazan lo que consideran «acusaciones infundadas». Se quejan de que se investiguen vinculaciones políticas del ataque a la vicepresidenta «con espacios políticos de la oposición y con el periodismo». Piden que se investigue rápido.

La realidad es que las pistas sobre posibles terminales políticas vinculadas con el atentado fueron apareciendo en la causa y postergada su profundización por la jueza Capuchetti. El dirigente de ultraderecha Hernán Carrol declaró recién este martes (ver aparte) pese a que su mención en la causa data de hacer cerca de un mes atrás. Los extrañisimos proyectos de resolución de Milman se conocen desde el momento que los presentó en Diputados, y tampoco hubo profundización alguna sobre esto. Uno de los proyectos directamente anuncia el atentado. El posterior, que pedía precisiones sobre la custodia de la vicepresidenta, fue presentado cuatro días después del primer intento de atentado, el 27 de agosto, que queda revelado en las conversaciones entre Fernando Sabag Montiel, que estaba mezclado entre la manifestación de respaldo a CFK, y Brenda Uliarte, a quien le dice que mejor no fuera, que ya había pasado el momento, había cámaras de C5N, y quedaba poca gente. Milman es mano derecha de Bullrich, quien no repudió el intento de magnicidio. Desde el 21 de agosto hasta el 7 de octubre participó de 27 actos o declaraciones con ella. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/493059-la-defensa-de-gerardo-milman-tras-la-denuncia-que-indica-que