Entre negociaciones apresuradas que ponían en duda la supervivencia del artículo que propone que los jueces paguen Ganancias, el Frente de Todos se aprestaba a conseguir su revancha y aprobar el Presupuesto 2023. En una sesión maratónica, con más de un diputade que aprovechaba para cortar durmiendo unos minutos de siesta en el despacho, oficialismo y oposición se enfrascaban en un debate que giró fundamentalmente en torno a si el plan de cuentas nacionales propuesto por Sergio Massa era un plan de ajuste. El verdadero trabajo legislativo, sin embargo, se daba en los pasillos y oficinas de las principales bancadas, en donde las fuerzas de la oposición iban poroteando si tendrían el número para bloquear el artículo que propone eliminar la exención impositiva para judiciales. En lo que respecta a la aprobación general del Presupuesto, los votos estaban casi asegurados. Al cierre de esta edición todavía faltaban horas para la votación, pero el FdT contaba con que tendría el apoyo de Provincias Unidas, el Interbloque Federal e, incluso, un sector de Juntos por el Cambio.
«Este año sale», la consigna era repetida con entusiasmo por les diputades del oficialismo que iban arribando, desde temprano, a la Cámara de Diputados. El clima de confianza, sin embargo, había comenzado a enrarecerse a medida que se acercaba la hora de la sesión (originalmente a las 12.30, pero que se terminó atrasando una hora). La especulación electoral había metido la cola de la mano del debate en torno al impuesto a las Ganancias y, durante varias horas, se jugó con la posibilidad de que ni JxC ni el Interbloque Federal (IF) dieran quórum. Finalmente fue gracias a un pequeño grupo de diputades radicales y de Evolución que el FdT consiguió dar comienzo a la sesión. Se debió esperar, sin embargo, 15 minutos para comenzar porque ninguno de los diputados radicales quería ser el primero en bajar al recinto. No dieron quórum ni el PRO, la Coalición Cívica, el IF ni, incluso, Máximo Kirchner.
Comenzado el debate, la atención pasó a centrarse en los tres artículos que JxC se había propuesta voltear: el impuesto a la Ganancias para judiciales, la facultad del Ejecutivo para aumentar las retenciones y la incorporación de deducciones en Ganancias para Camioneros. La aprobación general del Presupuesto estaba prácticamente garantizada, ya que el FdT contaba con el acompañamiento de Provincias Unidas y el IF, así como el de Evolución. Se especulaba, además, con que el radicalismo votaría a favor, pero el PRO había anticipado que se abstendría, mientras que la CC votaría en contra. Las diversas modificaciones que se habían incorporado a pedido de la oposición – como la «cláusula gatillo» o el incremento del fondo compensador al transporte del interior – habían rendido sus frutos y el panorama era prometedor. Frente a ese escenario, el verdadero desafío para el oficialismo era sostener esos tres artículos que arrastraban una aritmética cada vez más hostil.
En el caso de retenciones y de camioneros no había habido mucho problema: desde un principio JxC se había manifestado en contra y sabía que tenía el número para bochar el primer artículo, aunque no el segundo. El punto vinculado al impuesto a las Ganancias para judiciales era, en cambio, más peliagudo, ya que ahí la interna cambiemita se había metido de fondo. Originalmente, varios legisladores de la UCR y Evolución habían anticipado que acompañarían la propuesta de Marcelo Casaretto, pero el PRO y la CC empezaron a sumar cuestionamientos formales – influenciados, en gran medida, por las críticas de la corporación judicial – a la forma que se estaba planteando el debate. Finalmente, una cumbre del bloque PRO en la Rural luego de la presentación del libro de Mauricio Macri terminó de sellar la postura de rechazo. «No íbamos a quedar nosotros como los únicos que acompañábamos», se sinceró un legislador de JxC.
Al cierre de esta edición, la oposición tenía el número para suprimir el artículo, ya que no solo JxC y el IF lo votarían en contra, sino también la izquierda, los libertarios y una oficialista: la dirigenta sindical Vanesa Siley. Hubo rumores de que, a pedido de Sergio Massa – que pasó toda la jornada en un despacho de la presidencia de la Cámara -, el FdT iba a eliminar el artículo, pero el bloque oficialista lo desmintió. «Vamos a dar la pelea y, en todo caso, perderemos. Pero la batalla simbólica la ganamos», aseguró un diputado oficialista.
Ajuste, Ganancias, inflación: los 100 discursos
Nadie quería quedarse sin hablar. Si bien hubo mucha especulación respecto a la posibilidad de dividir la sesión en dos jornadas para evitar votaciones de madrugada, se terminó resolviendo hacerlo todo en una sesión que prometía extenderse durante más de 20 horas.
«No es cierto que sea un Presupuesto de ajuste. Está orientado en cinco pilares: la inversión en infraestructura, robustecer el sistema de Salud, Educación, Ciencia, e inclusión social con perspectiva de género. No es un Presupuesto de ajuste», repitió Heller, a la defensiva. Al igual que varios diputades del FdT, Heller se atajó de los cuestionamientos respecto al recorte del gasto – fundamentado por la meta de déficit fiscal de 1,9 por ciento del PBI que se cerró en el acuerdo con el FMI – e hizo hincapié en los aumentos de partidas sociales que se habían incorporado. Este fue el caso de asignaciones familiares, becas educativas, comedores, el Fondo Nacional de Incentivo Docente: todas políticas que en el texto original diseñado por Massa quedaban por debajo de la inflación proyectada y que hubo que modificar a pedido de La Cámpora y las organizaciones sociales.
«Nuestro objetivo era que el ahorro fiscal no recaiga en ninguna política pública que garantiza derechos fundamentales», señaló, en sintonía, Itai Hagman, diputado de Patria Grande que formó parte de las negociaciones por las aumentos en algunas partidas que le permitieron al titular del bloque oficialista, German Martínez, unificar la postura del bloque. Si bien se especulaba con que pudiera haber alguna abstención – o ausencia – oficialista, predominaba la seguridad de que el bloque actuaría orgánicamente. «Esto no es como el acuerdo con el FMI», deslizó un diputado que votó en contra del acuerdo en diciembre.
La única disonancia interna provino de la mano de Vanesa Siley y el debate en torno a que les judiciales paguen Ganancias. «En este momento, que nunca antes había sucedido, en el que hay trabajadores registrados que son pobres, la redistribución de la riqueza tiene que ser cuando le sacamos al capital para equiparar el reparto del ingreso. El salario no es ganancia. Los jueces se ríen solitos, pero nosotros no podemos fallarles a los nuestros», sostuvo la secretaria general de Sitraju.
JxC, mientras tanto, se dividió entre las críticas a las metas del Presupuesto – fundamentalmente a la proyección del 60 por ciento de inflación -, los discursos de campaña y las críticas a los artículos que estaban en el ojo de la tormenta. «Estamos ante un fin de ciclo. En el marco de una crisis solo comparable con la de 2001, recibimos el primer presupuesto kirchnerista que ejecuta un recorte en el gasto público. Es una derrota ideológica para el oficialismo», chicaneó Luciano Laspina, halcón del PRO que se valió de varios elogios envenenados al Presupuesto (aunque le recriminó que no hubiera suficiente ajuste). «Aprovechemos para construir una mayoría que nos saque de la pesadilla fiscal que nos puso el kirchnerismo. Somos todos el cambio o no somos nada», cerró, parafraseando las palabras de Macri en el acto de presentación de su libro.
«No vamos a obstruir porque son más peligrosos sin Presupuesto. Sin Presupuesto tienen más discreción, sin Presupuesto tienen la posibilidad de victimización», sostuvo, mientras tanto, Lisandro Nieri (UCR). Hubo, además, varias críticas al artículo que propone que los jueces paguen Ganancias, la mayoría con argumentos técnicos vinculados al artículo 110 de la Constitución. JxC no fue el único, sin embargo, sino que también apuntó en contra Graciela Camaño (Identidad bonaerense): «Se quiere sostener una jugada política que solo genera estrépito en Poder Judicial y que a la hora del análisis será declarada inconstitucional».
En los extremos, mientras tanto, los libertarios y la izquierda coincidieron en rechazar el Presupuesto, aunque por motivos distintos. «Tenemos un Presupuesto que es una estafa para la población. El ajuste es para sostener un negociado antinacional y antipopular de la deuda que no se termina de resolver”, sostuvo Romina Del Pla. En la banca de al lado, Javier Milei – que no participó de ninguna de las reuniones de comisión – armó su show usual y cerró el discurso a los gritos: «Por todas las inconsistencias, los problemas morales y la montaña de aberraciones que dicen, nosotros vamos a rechazar este mamarracho nefasto».
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/492473-diputados-con-tensas-negociaciones-el-oficialismo-se-apresta